viernes, 28 de diciembre de 2012

De golosos y tragones están llenos los panteones.

Si hay algo que me indigna de los seres humanos es ver como tiran a la basura tanta comida, parece que piensan que nunca se va a acabar y desperdician de sobremanera. Ya me gustaría a mí vivir cerca de un contenedor.

Yo sinceramente no entiendo porque los humanos se empeñan en tener las mesas llenas de platillos, a veces no dejan ni espacio para los cubiertos, pero eso sí que nunca falte de nada. Luego dan una probadita a cada cosa y ¡ala! medio plato a la basura.  Buenoooooo, si me dejarán saltar a la mesa, no tendrían ni que limpiar los platos.

Y luego algunos restaurantes sirven porciones desmedidas, sobre todo en Estados Unidos que parece que están sirviendo un platillo para toda la familia. Al menos allá a la gente no le da vergüenza pedir una “doggie bag” (bolsa para el perrito) que irónicamente no es para darle comida a los perros, sino que la gente se la lleva a casa para la perra…. para la perra hambre que les da después. Pero no sé porque aquí en España que se supone está en crisis, derrochan tanta comida, ¿qué tiene de malo llevarse a casa lo que tú mismo pagaste y no te acabaste? ¡Con lo rico que sabe a veces lo re-calentado! Pero no, en este país no hay que escatimar en comida, en lo que sea menos en comida. Y si sobra, a la basura… porque es de pobres llevarse los excedentes a casa.

Yo confieso que soy tragón, lo que me den me lo como, cualquiera diría que no he saciado mi apetito porque siempre acepto cualquier trozo de alimento que me ofrezcan. Pero mi justificación es que soy descendiente del lobo y tengo en mi ADN que mis antepasados lobos que una vez que cazaban había que comerse todo porque no sabían cuando iban a volver a comer. Pero los humanos comen y compran como sí el mundo se fuese a acabar, con lo que se ahorrarían podrían darle de comer a tantos otr@s que la están pasando mal y ya no hay que ir a Africa para encontrar niños con hambre.

Ah pero eso sí, empieza Enero y tod@s a dieta, con lo fácil que sería cerrar la boca todo el año y comprar eficiente y saludablemente… luego pagan para adelgazar, ¡Hay que joderse! 

martes, 11 de septiembre de 2012

¡Hasta el infinito y más allá!



Hace mucho que empecé este blog, pero de un tiempo para acá me he estado divirtiendo tanto con mi nuevo amigo que hasta se me había olvidado escribir.
En mis anteriores posts comentaba mis observaciones sobre los adultos, pero estos 22 meses viendo crecer a Tiago me sorprenden todavía más.
Al principio no voy a negar que le tenía muchos celos, yo antes era el rey de la casa y todos los mimos eran para mi solito. Mis amos me dejaban subir al sofá y me acurrucaba a su lado mientras ellos me acariciaban. Pero de pronto un día llegó un bebe a casa, toda mi rutina cambió y con ella mi paz nocturna. Yo no podía creer como un humano tan pequeñito podía hacer ruidos tan extraños y tan fuertes a mitad de la noche. Luego él bebe rápidamente empezó a crecer y parece que yo le hacía mucha gracia porque quería cogerme las orejas y gateaba hacia mí para tirar de mi cola. Bueno y ni les cuento cuando empezó con el andador, ¡me perseguía por toda la casa!  Un día con su manita pequeñita se cogió bien fuerte de mi lomo y me asusté mucho, pero tiempo después comprendí que no tenía control de sus movimientos y que solo tenía curiosidad por sentir mi pelo. Luego mis amos le enseñaron como acariciarme y poco a poco deje de sentir celitos porque me di cuenta que Tiago podía ser un buen compañero de juegos para mí.
A medida que fue creciendo y cambiando sus hábitos alimenticios, lo sentaron en una trona y me di cuenta que desde allí llovía comida, así que ahora siempre me siento a su lado quietecito porque seguro que me cae algún pedazo de galleta o incluso a veces Tiago hasta me comparte su merienda.
Y con esta experiencia quiero concluir que los celos son un sentimiento muy natural, no solo de los humanos, pero recuerden lo que dijo Gregorio Marañon: 
“Los celos son siempre el instrumento certero que destruye la libertad interior y elimina en la compañía toda la felicidad posible”.